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Amparo Mata Redonda

Vivimos en un PELIGRO LATENTE. Las autoridades lo saben....¿Qué esperan para el desalojo y la indemnización? ¿Una tragedia?

Vivimos en un PELIGRO LATENTE. Las autoridades lo saben....¿Qué esperan para el desalojo y la indemnización? ¿Una tragedia?

Información General (El Periodiquito)

Con la crecida del lago se incrementa la incertidumbre entre los pobladores de las zonas de alto riesgo. Las prolongadas lluvias también han generado importante afectación en estas comunidades

Peligro latente

22.10.2008

Daniela Cárdenas.- Mientras el tiempo pasa y la naturaleza sigue tomando su curso, los alrededores del lago Los Tacarigua se han constituido en un espacio de alto riesgo. Con toda seguridad, lo más grave del asunto es que en el lugar aún habitan más de dos mil personas, a quienes no les ha quedado más que ser testigos de cómo el agua cada día crece más, sin que nadie pueda hacer nada por evitarlo.
Vale destacar que la situación “crítica” entre los habitantes de las comunidades afectadas se viene alertando desde hace más de un año, cuando las autoridades de Protección Civil iniciaron la realización de un listado, a los fines de materializar el proceso de indemnización entre los vecinos, lo que, aparentemente, quedó inconcluso.
Según se logró precisar, aún existen en el lugar gran cantidad de familias que no han recibido el dinero con el cual podrían adquirir otras viviendas, lejos del “caos” que han tenido que enfrentar, que sin duda alguna se ha convertido en un riesgo latente e inclusive podría costarles la vida. Alegan que La Esmeralda, La Esmeraldita, Mata Redonda, Campo Alegre, Palma Real, La Punta, Las Vegas, Los Samanes, entre otros sectores, podrían “desaparecer” en cualquier momento.
Como consecuencia de esto, los miembros de las comunidades aledañas al lago han manifestado en reiteradas ocasiones supreocupación, destacando que viven en medio de una constante incertidumbre. Eso, sin contar la expectativa que se ha generado entre ellos, a propósito de la llegada del invierno.
A PEDIRLE A DIOS…
Y es que, según explicaron, las fuertes y constantes lluvias que se han suscitado en el lugar desde hace algunos días atrás en la entidad aragüeña también han contribuido con la situación. Manifestaron que cuando empieza a caer el agua, ellos también comienzan a pedirle a Dios que evite el incremento de la cota del lago y que los cuide de cualquier desastre.
Así lo manifestó Benicio Castillo, quien tiene ya más de 20 años viviendo el sector La Esmeraldita, y además apuntó que las autoridades no han hecho mucho por ayudarlos a salir de esta situación. En las comunidades, menos de la mitad de los habitantes han recibido su indemnización –señaló- y eso hace tiempo porque, según parece, actualmente se “olvidaron de ellos”.
“Realmente, no sabemos qué hacer, vivimos en riesgo y no hay quien nos ayude, simplemente porque la gente que supuestamente está encargada del lugar nos miente. Es increíble que nadie haya podido hacer algo por nosotros, porque están esperando que pase la tragedia”, explicó.
CLAMAN POR AYUDA…
Entre otras cosas, el vocero de los afectados también resaltó que hace ya mucho tiempo se está tratando de hacer algo por solventar esta situación, pero -a su juicio- no se ha hecho lo que realmente es importante. Esto ha ido empeorando –destacó- debido a que el muro es sólo tierra y el agua se ha ido metiendo con mayor facilidad.
“La representante del Ministerio de Ambiente ha salido declarando que aquí no hay riesgo alguno, pues parece que ella no se ha acercado hasta las orillas de este lago. Estamos completamente seguros de que habla así porque no vive aquí, pero si estuviera constantemente en estos espacios, seguro que vería también el riesgo”, puntualizó.
SE HUNDEN…
Mientras se realizaba este trabajo, los afectados se iban acercando, a objeto de manifestar su preocupación por el abandono que presenta la zona. De acuerdo con lo explicado por ellos, el sistema de alcantarillado colapsa completamente tras las lluvias y como el lago ha crecido, no desemboca sino que “regresa” hasta las viviendas.
Las pocas calles que quedan en el lugar, cada vez están más “intransitables” como quiera que se ha incrementado la cantidad de huecos en el lugar. Eso sin contar las inmensas “lagunas” de agua empozada que quedan como consecuencia de las precipitaciones.
Tal es la situación que incluso los muros de las viviendas que quedan en pie se han constituido en una galería de pensamientos y peticiones. “Que alguien nos ayude, estamos desesperados” y otras aseveraciones están escritas en varias paredes del espacio, que aparentemente está completamente abandonado. El llamado es a las autoridades regionales y municipales, a fin de que se tomen medidas que ayuden a solventar este problema.

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