Vecinos del lago de Valencia temen colapso de muro de contención
ERIKA GUILLÉN
Fotos de Gil Montaño
Maracay.- En la parte baja o inicio de la pared que retiene el paso de agua del lago de Valencia a zonas residenciales del sur de Maracay hay rastros de humedad. Residentes de las comunidades cercanas, La Punta y Mata Redonda, aseguran que se trata de filtraciones de agua producidas por la presión del lago, pues éste sigue, a pesar del desvío de varios cauces, su proceso de crecimiento y expansión.
Asumen, además, que la obra "insigne" del Ministerio del Ambiente ha perdido su estabilidad, por efectos de pequeñas olas que golpean constantemente el muro que los protege.
"Lamentablemente estamos frente una tragedia anunciada como la de Vargas, ocurrida en 1999, nos van a sacar de aquí, pero en bolsas negras cuando el muro no soporte más y se nos venga encima", auguró Maritza González, vocera de las familias que habitan el urbanismo Mata Redonda, ubicado a escasos 200 metros de la construcción compacta y quien reprochó la lentitud de los organismos pertinentes ante la situación de emergencia que enfrentan.
Zozobra constante
Ambas comunidades perjudicadas están situadas en la cota 408 sobre el nivel del mar, siendo el registro actual por encima de la cota 410. La zona tiene además una inclinación topográfica avanzada, según informe de geólogos que tienen los afectados, que permite que el agua del lago se concentre en esos sectores y no busque otros espacios.
González comentó que el muro de contención fue inaugurado el 5 de marzo de 2005 por la ex ministra de la cartera ambiental Jacqueline Faría y en su momento se perfiló como la obra "salvadora", tal y como lo catalogaron los mismos residentes. Sin embargo, un año después los habitantes de ambos urbanismos comenzaron a notar humedad y varias filtraciones que brotaban de la gigantesca estructura de concreto, que alcanza más de cuatro metros de altura.
"En el 2006 ya se sabía lo que estaba pasando. La gente estaba en alarma y sigue en las mismas, no ha cambiado nada porque el lago sigue creciendo", refirió González, quien agregó que desde entonces "los que vivimos aquí tenemos una rutina, que es llegar del trabajo y salir al muro para ver cómo está. Es una constante zozobra".
Recordó que el crecimiento del lago comenzó a pronunciarse a partir del año 1998. En esa misma época fue denunciada ante los organismos pertinentes la proximidad de la cuenca a la zona residencial. Desde entonces, para retener el agua, el Ministerio del Ambiente emprendió paliativos con la construcción de muros de contención.
Hasta la fecha, enumeró González, se cuenta el levantamiento, específicamente en la zona de La Punta ubicada a un lado de Mata Redonda, de cuatro muros de los cuáles tres han quedado bajo las aguas del lago.
La última defensa alzada en la zona, actualmente señalada de estar a punto de ceder a la presión de agua, fue proyectada por el ingeniero a cargo para tener una vida útil de dos años.
"Ya ese tiempo feneció y la famosa obra maestra no tiene salvación y nosotros tampoco la tendremos si no se hace algo a tiempo", expresó.
Desconfianza gubernamentalEntretanto, Ana María Destro, también habitante de la urbanización Mata Redonda, dijo haber perdido la confianza en los organismos gubernamentales. Aclara que tiene muchos años en espera de que se cumpla una resolución nacional efectiva al peligro que enfrentan, aun cuando están ubicados en una zona declarada por las mismas autoridades de prevención como de alto riesgo.
"Yo siempre pongo como ejemplo el estado Vargas, si no han hecho nada con esa pobre gente qué esperanza tenemos nosotros", se preguntó la afectada al tiempo que señaló que "aquí nos van a solucionar algo cuando ocurra la primera desgracia, no se pierda porque en 15 días cuando lleguen las lluvias vamos a estar peor".
Por su parte, Jesús Ramos, residente de las cercanías del muro de contención, recordó a los organismos nacionales encargados del problema, como el Ministerio de Ambiente, que "ya el muro cumplió su tiempo".
Esperan la entrega a la brevedad de sus indemnizaciones monetarias de vivienda que les permitan buscar un lugar seguro donde vivir.
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